1923-2004 | Chile
Carlos Botto Vallarino, destacado pianista, compositor y educador chileno, nació el 4 de noviembre de 1923 en Viña del Mar. Su vida dejó un legado perdurable en la historia musical chilena.
Botto Vallarino comenzó con una educación formativa en el Seminario de San Rafael en Valparaíso, donde cultivó sus conocimientos fundamentales en humanidades. Su odisea musical se desarrolló con lecciones de piano bajo la tutela de Odelia Malfatti. En 1948, emprendió un entrenamiento musical en el Conservatorio Nacional de Música, estudiando bajo la guía de estimados mentores como Herminia Raccagni en piano y Gustavo Becerra, Domingo Santa Cruz y Juan Orrego Salas en composición. En 1955, la Facultad de Ciencias y Artes Musicales de la Universidad de Chile le otorgó títulos en interpretación avanzada con especialización en piano y en composición musical, ambos con máxima distinción. Su viaje musical continuó con una beca de la Fundación Guggenheim, que lo llevó a realizar estudios de posgrado bajo la dirección de Luigi Dallapiccola en Nueva York.
Las contribuciones de Botto Vallarino se extendieron más allá de la interpretación y la composición; ocupó varios roles administrativos, desempeñándose como editor de programas en el Instituto de Extensión de la Universidad de Chile. Su destreza administrativa lo llevó a ser director del Conservatorio Nacional de Música de 1961 a 1968, dejando su huella en la academia musical chilena. Su influencia se extendió como presidente de las Juventudes Musicales de Chile desde 1961 hasta 1974.
Compartió su experiencia en piano y armonía, enriqueciendo mentes jóvenes en la Universidad de Chile, la Escuela Moderna de Música y el Instituto Interamericano de Educación Musical bajo la Organización de los Estados Americanos (OEA). La trayectoria profesional de Botto Vallarino se vistió con una serie de premios. Sus composiciones obtuvieron prestigiosos galardones en los Festivales de Música Chilena organizados por el Instituto de Extensión de la Universidad de Chile. Su genialidad musical lo hizo merecedor del Premio de la Fundación Olga Cohen de Peni en 1960.
La cúspide de su reconocimiento llegó con el más alto honor: el Premio Nacional de Artes Musicales en 1996. Este reconocimiento, otorgado el 26 de septiembre de ese año, coronó una carrera dedicada a la excelencia musical y al enriquecimiento académico-musical en Chile.
Falleció en el año 2004 en Santiago.