1971 | Chile
Alejandro Albornoz, nacido en Santiago en 1971, exploró distintas facetas musicales desde una temprana edad. Durante su adolescencia, fundó Arteknnia, un grupo de techno industrial que marcó sus primeras incursiones musicales. Esta experiencia le permitió experimentar con teclados y producir material que quedó registrado en compilaciones y EPs hasta que el grupo se disolvió en 1996.
Sus primeros trabajos tuvieron lugar durante la adolescencia, con Arteknnia, grupo techno industrial formado en 1985 para encauzar sus tempranas experimentaciones a partir del uso de teclados. Albornoz conformó allí una base junto al tecladista Mario Aguilar en un proyecto que dejó registradas sesiones para el disco compilatorio Con el Corazón Aquí (1992) y el EP de cuatro temas La última Tierra (1995). Un año después se disolvió, entonces Albornoz continuó con sus búsquedas, ahora en un camino personal.
Ya en 1987 había accedido a la música electroacústica, escuchando material en la biblioteca del Goethe Institut. Ello lo encaminó a descubrir a compositores como Karlheinz Stockhausen, y luego a los chilenos Juan Amenábar y José Vicente Asuar. Albornoz seguiría siendo únicamente auditor de la música electroacústica, puesto que hasta 2004 se mantuvo trabajando en artes visuales y electrónica no académica, en este caso con el alias de Mankacen, proyecto denominado "post-techno" con el que editó los discos A la chuña (1999) y En memoria (2003). Más tarde, durante su etapa de estudios en Inglaterra, produciría nuevos álbumes digitales como Mankacen.
En 2005 se unió a la Comunidad Electroacústica de Chile (Cech), agrupación de compositores que puso en marcha el Festival Internacional de Música Electroacústica Ai-Maako. Albornoz participó en cursos, talleres y seminarios dictados por Federico Schumacher, Rodrigo Sigal y Rodrigo Cádiz. De esta manera intensificó su presencia en el campo de la composición en laboratorios especializados, realizó investigaciones y publicaciones y multiplicó su quehacer como autor de música para teatro y danza, productor de encuentros, conciertos y conferencias, y jurado en certámenes como el Concurso Latinoamericano de Composición Electroacústica y Electrónica Gustavo Becerra-Schmidt. En Chile ha participado instancias creativas como Cruces sonoros y la Noche Blanca, y se ha presentado en festivales como Synthèse (Bourges), JIEM (Madrid), la Bienal Internacional de Música Electroacústica (São Paulo), Sonoimágenes (Buenos Aires) o Sound Junction (Sheffield).
En Inglaterra se instaló en 2015 con una beca para realizar un doctorado en la Universidad de Sheffield. Allí estudió la voz humana desde su cualidad como material sonoro hasta su transformación en soporte poético en el contexto de la electroacústica. En esa ciudad, Albornoz finalizó el ciclo de composición y registro de su primera época en la música académica, con la trilogía de discos Fluctuaciones, Fluctuaciones 2 y Fluctuaciones 3: live electronics, que editó en 2016 con el sello Pueblo Nuevo. El portafolios de composiciones que se desprendieron del doctorado tomó una forma clara con el ciclo La lumière artificielle (2022), inspirada en un proyecto de Vicente Huidobro de 1919 para una poesía en el soporte tecnológico de tres gramófonos, un poema creacionista y simultáneo titulado La lumière artificielle.