1925-2010 | Chile
Gustavo Becerra-Schmidt nació el 26 de agosto de 1925 en Temuco. Comenzó sus estudios musicales en el Conservatorio Nacional de Chile bajo la guía de Pedro Humberto Allende, moldeando sus cimientos musicales. Su trayecto se expandió a través de continentes, absorbiendo la cultura musical de vanguardia durante su estancia en Europa de 1953 a 1956, y posteriormente llevando estas influencias europeas a Chile.
El impacto de Becerra-Schmidt se manifestó en varios roles. Dirigió el Instituto de Extensión Musical (IEM) de 1959 a 1962, una institución vital que fomentaba el patrimonio musical chileno y apoyaba a las organizaciones musicales. Su carrera como profesor en el Conservatorio Nacional de Chile, que abarcó hasta 1971, cultivó el talento de destacados compositores como Luis Advis, Sergio Ortega, Fernando García y Cirilo Vila.
La turbulencia política impulsó un cambio significativo en su vida. Tras el golpe de estado chileno de 1973, la reubicación de Becerra-Schmidt en Alemania impulsó su carrera docente en la Universidad de Oldenburg a partir de 1974. Sus composiciones abarcan un espectro impresionante, desde lo tradicional hasta lo de vanguardia, mezclando elementos de la música folclórica chilena y melodías javanesas con técnicas modernas.
Su obra reflejó su activismo, entrelazando narrativas políticas en composiciones como las cantatas La Araucana y Lord Cochrane de Chile. El oratorio Machu Picchu, basado en textos de Pablo Neruda, se erige como testimonio de su amplitud creativa. Además, sus sinfonías, conciertos para piano y violín, así como sus cuartetos de cuerda, reflejan la diversidad y la profundidad de su expresión musical. Obras como Llanto por el hermano solo para coro, Responso para José Miguel Carrera para voz, quinteto de viento, piano y percusión, y su Trío para flauta, violín y piano demuestran la versatilidad y la capacidad de innovación de Becerra-Schmidt en diferentes formatos y géneros musicales.
El legado de Becerra-Schmidt como compositor es rico y extenso, resonando a través de cientos de composiciones, desde melodías populares hasta monumentales sinfonías y oratorios. Falleció el 3 de enero de 2010, dejando un legado musical perdurable que trasciende fronteras y resuena con el tejido cultural de Chile y en otros países.