Daygoro Serón | 30.01.2017
Con estas líneas se inaugura un nuevo espacio otorgado por la Sociedad Internacional por la Música Chilena (SIMUC), en el cual se publicarán columnas de opinión, escritas por distintos intérpretes chilenos radicados en el extranjero, todos miembros de la SIMUC. El propósito es abordar ideas, problemáticas, cuestionamientos o lo que surja del interés personal, a partir de la experiencia y las competencias de cada uno.
Yo decidí comenzar por los estudios musicales en el extranjero, puesto que es una etapa ineludible para quienes estamos fuera de Chile, ya sea continuando nuestros estudios o haciendo carrera profesional. Además, desde que vivo en Austria, recibo constantes consultas y mensajes de músicos que están interesados en venir a perfeccionarse en estudios formales o cursos a Europa, por lo que, junto con ponerme a disposición de quien requiera cualquier tipo de información, espero poder dejar en este texto algunas ideas que sean de utilidad.
Como primer punto, me gustaría establecer que, en mi opinión, el sólo hecho de haber estudiado en el extranjero no marca una diferencia de calidad per se y eso es algo que me gustaría destacar claramente. Muchas veces se tiene la percepción de que aquel que estuvo un tiempo estudiando en el extranjero es inmediatamente mejor que el que se quedó en Chile y sinceramente no creo que sea así. En Chile hay gente que puede ser tanto o más buena que aquellos que estudiamos afuera. La mayor diferencia, creo, existe en las posibilidades y los horizontes al momento de la práctica y el conocimiento adquirido. Ya iré sobre ese punto.
Hay muchas otras competencias, además de las musicales, que suelen ser tanto o más determinantes a la hora de salir del país.
Otro pensamiento que me parece justo mencionar, es que en mi percepción, no son necesariamente los mejores músicos los que logran salir a estudiar fuera de Chile. Desde mi perspectiva, hay muchas otras competencias, además de las musicales, que suelen ser tanto o más determinantes a la hora de salir del país. Yo creo que todos conocemos ejemplos de tremendos músicos que siempre pensamos iban a salir de Chile y nunca lo hicieron u otros que jamás pensamos "cruzarían el charco" y contra todo prejuicio logran llegar mucho más lejos de lo que uno habría esperado. Este punto podría dar espacio a una columna completa, pero si me limito sólo a enumerar algunas de estas características extra musicales, diría: organización, disciplina, tenacidad, convencimiento, fortaleza mental y emocional, medios económicos, entre otros. No digo que sea necesario ser destacado en cada una de éstas, pero la experiencia me demuestra que tocar bien un instrumento puede no ser suficiente si uno no es capaz de ser disciplinado, por ejemplo, para aprender un idioma, organizado para hacer un buen plan de postulación o los trámites necesarios, así como tener la fortaleza necesaria para sobrellevar los momentos difíciles estando tan lejos, algo por lo que seguramente todos hemos pasado.
En el párrafo anterior, mencioné los medios económicos y ya que éste es uno de los temas por los que más me consultan, me detengo un momento a comentar mi experiencia. Conozco todo tipo de casos: gente que ha hecho todo sus estudios con fondos obtenidos en diversas postulaciones (son los menos); los que logran algún tipo de beca o financiamiento al comienzo, para luego arreglárselas de otra forma; los que logran obtener igualmente fondos, pero recién después de un par de años estudiando; y aquellos que, en el otro extremo, estudian siempre sin haber obtenido en ningún momento algún tipo de beca o financiamiento distinto al personal, ya sea por circunstancias o decisión. Sólo para ser transparente, yo me ubico en este último grupo. En este punto, una de las cosas más difíciles a la que nos enfrentamos, es que muchos de nosotros optamos por salir a estudiar el pregrado, algo que el estado casi no considera. Lo usual en el sistema tradicional de becas al extranjero, es que sean para estudios de postgrado. Aún así, nuevamente se presenta la dificultad de que en cuanto a prestigio o resonancia, una universidad, conservatorio o Hochschule de música, está siempre en desventaja comparativa al momento de una evaluación frente a aquellas universidades tradicionales, donde se imparten muchas más carreras, son de mayor tamaño y algunas se encuentran encabezando los distintos rankings de investigación y calidad internacional. Para una comisión sin competencias artísticas, hacer un magíster en cualquiera de las grandes universidades de Chile o una de renombre en el extranjero, tiene probablemente mayor valoración académica que cursar un master de cualquier instrumento en la Hochschule für Musik Hanns Eisler, que sin tener siquiera la denominación de universidad y con un alumnado total que ronda apenas los 600 alumnos, es una de las instituciones líderes a nivel mundial en el campo de la interpretación. Para cerrar este punto, volviendo al pregrado, la forma de financiamiento público más establecida es el Fondo de la Música, en el cual compiten por igual todas las disciplinas musicales: teóricas y prácticas, sin distinción entre cursos de especialización, pre y postgrado. Esto lleva a que compitan entre sí alguien que estudia un magíster en piano en la Universidad de Chile, otro que quiere hacer un curso de dirección en el extranjero, un músico que estudia un Bachelor de violín en Alemania y alguien que va a realizar una especialización de charango en Argentina. Todos estos ejemplos reales fueron sacados de los resultados de los últimos dos años. Adicionalmente, se suma que en esta postulación lo más determinante es la forma en que se plantea el proyecto, por sobre la calidad del estudio en sí mismo. Esto ha provocado que hoy en día haya gente que recurra a pagarle a otro para que le redacte un proyecto que financia sus propios estudios, buscando aumentar así las posibilidades de salir favorecido. A eso hemos llegado.
Por último, tal vez lo más importante, después de todo lo expuesto ¿Por qué vale la pena entonces estudiar en el extranjero? Estudiar música en el extranjero conlleva diversos beneficios. Nuevamente a mi particular parecer los más importantes no tiene que ver con las clases de instrumento, sino con las muchas posibilidades de aprender estando afuera. Creo, por ejemplo, que venir a estudiar a Europa (ya que es el caso que conozco personalmente), te otorga la posibilidad de aprender nuevos idiomas, conocer gente de culturas muy diversas y vivir en una realidad distinta, lo cual ya te entrega una visión mucho más amplia de la que se tiene en Chile. Sumado a eso, aún sin tocar una sola nota, está la posibilidad de escuchar clases, asistir a conciertos, cursos, ensayos y concursos, aún sólo como oyente, con "toneladas" de conocimiento a disposición de quien atento escucha. Finalmente, como punta de lanza y ya sacando el instrumento del estuche, está la posibilidad de aprender directamente en el lugar donde están algunas de las mejores escuelas, orquestas, solistas, grupos de cámara y profesores del mundo. Lo que todos sabemos y en lo que no creo necesario ahondar mucho más.
Para cerrar, obviamente tengo el convencimiento que estudiar música fuera de Chile vale la pena, creo que es un paso muy importante, pero no pienso que tenga que ser para todos. Preferiría vivir en un mundo donde la diferencia entre estudiar en Chile o en el extranjero no sea tan grande, más que en aquel donde todos puedan salir fuera del país para buscar una mejor formación. Yo aspiro a ser parte de ese cambio.
Daygoro Serón es un violoncellista chileno, residente en Salzburgo, Austria, donde realizó sus estudios de violoncello (Bachelor of Arts) en la Universidad Mozarteum, bajo la tutela de Giovanni Gnocchi. Se desempeña como violoncellista en la orquesta Philharmonie Salzburg, como violoncellista y arreglador en Patagonien Quartett, como profesor de violoncello en Triola Musikinstitut Grafing, como vicepresidente de la SIMUC y como arreglador musical especializado en la música popular para instrumentos de cuerda, recibiendo encargos de distintas personas y agrupaciones.