En junio, Chile recibió las visitas de los pianistas Javier Lanis y Danor Quinteros, el guitarrista Emerson Salazar, el director Helmuth Reichel y el violinista Manuel Druminski, quienes ofrecieron clases y conciertos en diversas ciudades del país. El Municipal capitalino montó El caballero de la rosa con María Luisa Merino, Catalina Bertucci y dirección de Maximiano Valdés, quien además lideró a la Filarmónica del teatro en un concierto con Roberto Díaz como solista en viola. En el hemisferio norte, este mes marcó el fin de ciclos formativos. Varios músicos completaron sus programas de máster con exitosos conciertos y presentaciones, entre ellos el fortepianista Cristian Leal (MUK, Viena), el contratenor Eduardo Rojas (UdK, Berlín) y el violinista Bastian Loewe (Musik-Akademie, Basilea). Además, se anunciaron importantes contrataciones en orquestas alemanas, las que se detallan en el presente informe, junto con una selección de giras, conciertos y estrenos realizados fuera de nuestras fronteras.

La Sociedad Internacional por la Música Chilena (SIMUC) anunció el lanzamiento de su primera producción fonográfica, basada en el concierto que tuvo lugar en junio de 2016. El barítono Alejandro Pizarro-Enríquez, quien cantó en aquella inaugural Liederabend, grabó parte del proyecto junto al pianista Alonso Llanos en Viena. Paralelamente, la mezzosoprano Cecilia Barrientos y el pianista Luis Alberto Latorre grabaron en Santiago de Chile.

El resultado es una compilación de 12 obras con textos en 4 idiomas, de 10 compositores chilenos nacidos entre 1884 y 1983: Enrique Soro, Alfonso Leng, Alfonso Letelier, Carlos Botto, Sergio Ortega, Alejandro Guarello, Eduardo Cáceres, Ramón Gorigoitia, Javier Party y Felipe Hidalgo Cavieres.

La SIMUC anunció el envío de ejemplares a Chile y el lanzamiento de la grabación en Spotify, CD Baby y otras plataformas digitales. El proyecto contó con el apoyo financiero del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile.

Esta producción de la SIMUC constituye un aporte invaluable a la discografía chilena. Las dos obras más recientes (de Party e Hidalgo) fueron estrenadas por la SIMUC y parte del material restante no se encontraba disponible en disco. Tampoco existía una antología que ofreciera una panorámica tan completa de la creación chilena en el género de la denominada “canción de arte”, con obras compuestas prácticamente en cada una de las décadas comprendidas entre 1914 y 2015. Es de esperar que el registro atraiga y alimente la curiosidad de los estudiantes, intérpretes y académicos nacionales por explorar y difundir este género.

Sin duda, una segunda producción de la SIMUC subsanará en un mediano plazo la lamentable ausencia de compositoras en este primer proyecto, gestado hace 3 años, cuando la promoción de la equidad de género no estaba tan presente en las agendas organizacionales. Hace menos de un año, la propia SIMUC gestó los recitales de Ilse Simpfendorfer en Viena, que incluyeron canciones de compositoras.

Finalmente, cabe destacar el carácter “transoceánico” de la iniciativa, con la participación de dos equipos de grabación, uno en Chile y otro en Austria, que se suma al hecho de que gran parte de los intérpretes y compositores involucrados en el proyecto son o fueron migrantes. El intercambio entre Chile y Europa está explícitamente manifiesto en este proyecto y es fuente principal de su existencia y de su riqueza.

Felipe Elgueta