Event(ualitie)s

Felipe Elgueta, 7 de septiembre 2020

La trayectoria del compositor Juan Allende-Blin (n. 1928), Premio Nacional de Artes Musicales 2018, es inseparable de la del organista alemán Gerd Zacher (1929-2014), tal como lo detalla Daniela Fugellie en un exhaustivo artículo de 2019. La pareja se conoció en 1951, al iniciar sus estudios en la Escuela Superior de Música de Detmold, Alemania Federal, y vivió en Santiago entre 1954 y 1957. Zacher fue contratado entonces por la Iglesia Luterana El Redentor de Providencia, donde dio innumerables conciertos con música de Bach hasta Reger y creó un coro y un ensamble de música antigua. Además, fue pianista en conciertos de música contemporánea. Cuando Zacher obtuvo un puesto en una iglesia de Hamburgo, la pareja retornó a Alemania. Finalmente, se trasladaron a Essen en 1970, cuando Zacher fue nombrado profesor de órgano y director de la escuela de música sacra evangélica de la actual Universidad Folkwang de las Artes. En su despedida de Hamburgo, Zacher estrenó Mein blaues Klavier de Juan Allende-Blin, obra para órgano con un acompañamiento de organillo que estuvo a cargo del propio compositor. Ahora, el sello alemán Wergo edita otro de sus dúos, creado en homenaje a John Cage.

Gerd Zacher fue un importante promotor de la música contemporánea para órgano en Alemania, lo que incluso le valió ataques de parte de los defensores de la música sacra conservadora. Muchos compositores de su generación le escribieron obras, entre ellos John Cage, György Ligeti, Mauricio Kagel y el propio Allende-Blin. El álbum doble de Wergo viene a iluminar la faceta menos conocida de Zacher como compositor. Esta selección de siete obras nunca antes grabadas representa apenas una pequeña parte de su amplia producción.

La pieza que da nombre al álbum es 75 Event(ualitie)s para órgano (1987) y figura en el disco en dos realizaciones a cargo de Matthias Geuting. El número 75 representa los años que cumplía el homenajeado John Cage. El título event(ualitie)s juega con los términos “evento” y “eventualidad”. La partitura consiste en 75 tarjetas, que deben mezclarse al azar antes de cada interpretación. En cada una de ellas está escrito algún evento sonoro, que puede ser la entrada de una voz individual, un juego de dedajes con la palma hacia arriba e incluso un sonido producido sin el órgano. Esta serie aleatoria de eventos debe tocarse mientras se escucha por parlantes la obra Siebeneinhalb Dezennien (“Siete decenios y medio”) de Juan Allende-Blin, creada a partir de sonidos pregrabados de piano. El impredecible resultado es una extensión del “diálogo continuo” que caracterizó la fértil relación artística entre Allende-Blin y Zacher, en la que cada uno se mantuvo fiel a su estilo propio.