Septiembre estuvo marcado por un abrupto aumento de actividades en el hemisferio Norte, al combinarse los últimos festivales de verano con los eventos que dieron inicio a la temporada 2018/19. Además, desde Chile hubo una cantidad importante de músicos que emprendieron giras, principalmente a China y Japón.

Tras una serie de entrevistas y pruebas, la soprano y miembro de SIMUC, Luz Riveros, fue elegida como apuntadora del Teatro de Koblenz, Alemania. Residente en Europa desde 1995, Luz Riveros estudió en la Opernschule de Karlsruhe y cantó en el Teatro de Stuttgart, la Junge Oper, la Hugo-Wolf Akademie, el Teatro de Ópera de Saarbrücken y, principalmente, en la Ópera de Zürich, donde se encontraba activa al momento de ser contratada como apuntadora del teatro de Koblenz a comienzos de septiembre.

Pocos días después, estaba dando sus primeros pasos en este nuevo oficio, en los montajes de La Cenerentola y Die Csárdásfürstin. Su amplia experiencia en teatros europeos será una divisa valiosa en esta labor que no solamente implica su colaboración estrecha con los solistas a quienes apoya de manera directa, sino también con los régisseurs, dramaturgos, coreógrafos y directores musicales a lo largo de todo el proceso de ensayos.

La discusión pública en torno a la ópera y el proyecto de ley de artes escénicas ha puesto en evidencia la precariedad del arte lírico en nuestro país. En este contexto, la noticia del fallecimiento de Fernando Puiggrós a fines de agosto contribuyó aún más al desaliento de los cantantes chilenos, muchos de los cuales encontraron en él a un sabio y generoso mentor. Maestro apuntador del Teatro Municipal de Santiago por más de tres décadas, se negó a dejar discípulos que pudieran sucederlo en el cargo, debido a que observaba en diversos teatros una creciente tendencia a prescindir de los apuntadores, en parte por la presión de los directores de escena que consideraban estorbosas sus tradicionales casetas instaladas en el escenario. Sin embargo, siguen siendo requeridos en Europa continental, donde teatros como el de Koblenz tienen equipos de apuntadores.

La labor del apuntador (maestro suggeritore o souffleur) es de alta complejidad y responsabilidad, y muchas veces ha servido como campo de práctica y aprendizaje para directores musicales. Una de las principales habilidades que se requieren es la capacidad de reconocer los puntos débiles de cada cantante para prestarle la asistencia necesaria, siempre de manera imperceptible para el público: una labor de servicio desinteresado, en buena medida. Quienes conocen a Luz Riveros desde hace tiempo, verán en esto una extensión de la empatía y generosidad que prodigó durante años a los cantantes chilenos que se aventuraban fuera de Chile, desarrollando una red de contactos para ellos y compartiéndoles consejos y experiencias.

La noticia de su nombramiento en el Teatro de Koblenz, apenas una semana después de la partida del maestro Puiggrós, es una señal de que, pese a las apariencias, el oficio de apuntador —junto con la vocación de servicio al arte y a los artistas líricos que este representa— se mantiene vivo y vigente.

Felipe Elgueta