En diciembre, los balances de fin de año en nuestro país trajeron premios para numerosos músicos chilenos residentes en el extranjero. El Círculo de Críticos de Arte reconoció a Rodolfo Fischer y a Paolo Bortolameolli, quien también recibió uno de los Premios Toda la Cultura; estos favorecieron también al ballet La casa de los espíritus (con música de José Luis Domínguez), la ópera Rodelinda (con Javier Arrey en el elenco) y la Madama Butterfly producida por Corcudec, con régie de Christine Hucke y un elenco que incluyó a varios cantantes chilenos residentes en el extranjero. Mención especial merece el periodista y compositor Álvaro Gallegos, quien recibió el Premio “Domingo Santa Cruz” de la Academia Chilena de Bellas Artes por su labor de difusión de la música de compositores nacionales, tanto dentro como fuera de Chile. A esto se sumaron los resultados de las postulaciones al Fondo de la Música, que financiarán decenas de proyectos en el extranjero, principalmente pasantías, estudios de posgrado y grabación de discos, así como dos proyectos de difusión de la SIMUC. Además, se realizó la final del Concurso de Composición “Luis Advis”, pospuesta por el estallido social, recayendo el primer premio sobre Jeremías Iturra, residente en Francia. También en conexión con el contexto político actual, la Orquesta Clásica Usach realizó un concierto “en homenaje a la revolución social y sus víctimas” que incluyó el Konzertstück de Schumann con un cuarteto de cornos de lujo: José Luis Guede y Sebastián Villegas, residentes en Chile, junto a Eduardo Candia (Sinfónica Provincial de Rosario) y Matías Piñeira (Filarmónica de Múnich). Diciembre ha sido, además, un mes de cosecha especialmente feliz para quienes seguimos la trayectoria de las y los músicos chilenos fuera de nuestras fronteras: varios de sus conciertos de Navidad fueron difundidos por radio y televisión y sus registros han quedado disponibles en Internet. Que los disfruten.

Con más de 30 años de residencia en Holanda, el destacado músico y miembro de la SIMUC Patricio Wang figura regularmente en las principales salas de ese país. Como intérprete de instrumentos de cuerda pulsada, ha aparecido varias veces en la tradicional sala del Concertgebouw de Ámsterdam, tal como hizo en marzo pasado en la Sinfonía n° 7 de Mahler (con la Orquesta del Concertgebouw) y en el reciente concierto navideño de la Noord Nederlands Orkest (Orquesta del Norte de Holanda). Además, otro concierto de Navidad realizado en la misma sala incluyó una pieza de Wang: su nuevo arreglo del villancico Gesù Bambino para 5 voces, mandolina y piano, que fue interpretado por el ensamble vocal Frommermann.

Otros proyectos recientes son las dos piezas para guitarra sola (Circunvoluciones y Yaraví y Huayno) que compuso para el nuevo disco de Danilo Cabaluz (Paisaje chileno en 6 cuerdas), presentado en Chile en diciembre. También hizo dos arreglos de música de Piazzolla para una orquesta de cámara con miembros de la Orquesta de la WDR en Alemania para un concierto que conmemorará el centenario del nacimiento del compositor.

2019 fue un año especial para Patricio Wang. Su antiguo profesor de composición, el insigne Louis Andriessen, cumplió 80 años, lo que dio pie a múltiples celebraciones. Como parte ello, Wang se integró en guitarra eléctrica a la Orquesta del Concertgebouw para interpretar De Staat, una de las obras cumbre del compositor holandés. Además, tocó guitarra clásica junto a la Residentie Orkest de La Haya en una suite de la ópera Writing to Vermeer. También participó en interpretaciones de Hoketus, la emblemática respuesta de Andriessen al minimalismo norteamericano. El estreno de esta pieza en 1976 dio origen a un grupo homónimo, donde los chilenos Wang y Renato Freyggang tocaban zampoña.

Entre sus compromisos para 2020, Wang se sumará en bajo eléctrico a la Noord Nederlands Orkest en un homenaje sinfónico al DJ sueco Avicii. La misma orquesta hará una gira con la nueva Music for Ensemble and Orchestra de Steve Reich, obra en la que Wang tocará el bajo de cinco cuerdas, tal como hizo cuando la pieza fue presentada por la Filarmónica de Rotterdam en septiembre pasado.

Como parte de su labor compositiva, creará una pieza para piano y cacerola para un proyecto de la pianista María Paz Santibáñez inspirado en el estallido social. También compondrá una serie de piezas pedagógicas para guitarra para el ciclo programado por el guitarrista y musicólogo chileno/parisino Mauricio Gómez. Además, presentará obras de su autoría con un ensamble propio en el mes de mayo en Amsterdam en el marco de las celebraciones del Día de la Liberación de 1945, y está gestionando el estreno de su Ciclo mistraliano para barítono y piano, del cual solamente se ha presentado la última parte (Desierto) en versión orquestada.

En conjunto, estas iniciativas reflejan a Wang como un intérprete y compositor que transita holgadamente entre diversas corrientes musicales y ha establecido un diálogo extraordinariamente fértil entre su experiencia como instrumentista, su origen latinoamericano y su actividad en ensambles de música contemporánea y experimental. Nuestro medio nacional, el cual parece recordarlo sobre todo por su participación en Barroco Andino y su liderazgo artístico en Quilapayún, tiene aún mucho por conocer de la rica diversidad de la labor de Patricio Wang.

Felipe Elgueta