En agosto, las vacaciones del hemisferio norte llevaron a Chile un flujo récord de músicos chilenos residentes en el extranjero que ofrecieron recitales y clases, entre ellos, las pianistas María Paz Santibáñez y Pilar Peña, el Patagonien Quartett, el timbalista Leonardo Soto, la violista Paulina Riquelme, los violinistas Paula Poveda y Bastian Loewe, los compositores Matías Fernández y Manuel Alejandro Contreras, los guitarristas Ramón Vergara, Matías Inzunza, Fernando Abarca y Sebastián Montes, la directora coral Maritza Cáceres y los directores Paolo Bortolameolli y Helmuth Reichel. Desde Argentina, se sumaron el flautista Felipe Espinoza, el guitarrista Enrique Díaz-Lazkao y la contralto Claudia Lepe, y de Colombia el guitarrista y compositor Javier Contreras. La soprano Yaritza Véliz llegó de Londres para dar un exitoso recital de título en la Universidad de Chile, y celebrados montajes operísticos en Santiago y Concepción convocaron a los cantantes Javier Arrey, Christian Senn, Leonardo Navarro y Ricardo Seguel y la régisseur Christine Hucke. También se mantuvo el flujo de estudiantes y maestros hacia festivales de verano en el otro hemisferio. A continuación, se presenta una selección de giras, conciertos, premiaciones y otras noticias relevantes acerca de chilenos y chilenas fuera de nuestras fronteras.

La violinista del cuarteto Latin Strings y miembro de la SIMUC, Inés Vega Villarroel, estuvo entre los 13 jóvenes instrumentistas de 10 países que realizaron las Jornadas de Música de Cámara de Schlutup bajo el lema “La música une”. La iniciativa fue propuesta por Erika Cedeño, violista venezolana y también integrante de Latin Strings, y contó con el apoyo del comité cultural de la Iglesia St. Andreas de Schlutup-Lübeck.

Inés Vega cursa actualmente el programa de magíster en la Musikhochschule de Lübeck bajo la guía del violinista de origen peruano Carlos Johnson, concertino de la Filarmónica de Lübeck. Inició sus estudios en la Escuela de Música de la Universidad de Talca y fue estudiante de Américo Giusti, Álvaro Parra y David Núñez antes de ser becada por la FOJI y el Consejo Nacional de la Cultura para estudiar en el extranjero. Ha participado en clases magistrales de Marc Danel, Mayumi Seiler y Thomas Brandis, entre otros. Fue academista en la Orquesta Filarmónica de Lübeck y la Sinfónica de Hamburgo. Actualmente se desempeña como primer violín del cuarteto Latin Strings, ensamble becado por la asociación “Live Music Now” de Hamburgo.

Las Jornadas de Música de Cámara de Schlutup (Schlutuper Kammermusiktagen) fueron realizadas por 13 instrumentistas de cuerda residentes en Alemania y procedentes de Chile (Inés Vega y Kathya Contreras), Venezuela, Ecuador, Israel, Corea, España, Francia, Finlandia, Ucrania y la propia Alemania. El programa elegido fue tan intercontinental como sus intérpretes. Entre los cuartetos y sextetos de cuerdas del repertorio europeo (de Beethoven a Debussy) se incluyó el cuarteto escrito por Dvorák en Estados Unidos. Estos se complementaron con obras de compositores de Sudamérica (Alberto Ginastera y Aldemaro Romero) y el sexteto String Circle (2005) de Kenji Bunch, compositor estadounidense de ascendencia japonesa.

Según Inés Vega, la música de cámara “es una de las maneras más bellas de conocer, crear lazos y de vivir un momento inolvidable”. El ambiente es más íntimo y democrático que el ofrecido por un festival de orquesta o clases magistrales. “Músicos de diferentes orígenes y costumbres comparten escenario, descifrando juntos un lenguaje diferente. Se trabaja de forma muy eficiente, todas las opiniones son importantes al momento de la interpretación durante los ensayos. El resultado fue muy gratificante, se logró llegar al público, todos sentimos una energía muy positiva y, en mi caso, fui muy feliz haciendo música en esta instancia”, concluyó.

En contraste con las recientes noticias acerca de las victorias políticas de la ultraderecha en algunas regiones de Alemania, las iglesias, centros culturales y otras organizaciones están abiertos a propuestas que visibilizan la diversidad cultural de la población. Hay razones para mantener el optimismo, sobre todo cuando hay artistas con la pasión por mostrar cómo la música expresa, valora y une esa diversidad.

Felipe Elgueta