El inicio de una nueva temporada de conciertos y estudios en el hemisferio boreal puso fin a la nutrida presencia de músicos chilenos residentes en el extranjero que visitaron Chile en los meses precedentes. Entre los escasos visitantes que realizaron conciertos o clases en nuestro país estuvieron los pianistas Montserrat Bravo y Salvador Güenante, la violonchelista Constanza Besoaín y el guitarrista Felipe Celis Catalán (integrando el Dúo Lioren). María Luisa Merino y Arturo Espinosa fueron solistas en el Concierto de Vigilia de la Memoria (Estadio Nacional), mientras que Maximiano Valdés ofreció conciertos como director titular de la Sinfónica Nacional Juvenil, y Rodolfo Fischer culminó una serie de actividades iniciadas en agosto que incluyó conciertos al frente de orquestas universitarias y un Pierrot Lunaire en el GAM. A continuación, se presenta una selección de giras, conciertos, festivales, premiaciones y otras noticias relevantes acerca de chilenos y chilenas fuera de nuestras fronteras.

La Brussels Philharmonic Orchestra (BPhO) y su director titular y miembro de SIMUC, David Navarro Turres, lanzaron su temporada 2019-20 a sala llena en su habitual escenario, la sala de conciertos del Conservatorio Real de Bruselas. El programa, titulado “Russian Vibes”, incluyó la Sinfonía n° 5 de Tchaikovski y el Concierto n° 2 de Rachmaninov con el joven pianista valenciano Sergi Pacheco Portalés. Además, la orquesta belga ha asumido la misión de difundir la música de su propio país, representado en esta ocasión por la obertura La soledad de Dirk Brossé.

La BPhO fue fundada en septiembre de 2002 para ofrecer a los egresados de los conservatorios belgas la posibilidad de poner en práctica su formación musical en una orquesta permanente de alto nivel. Durante su primera década, la dirección artística estuvo a cargo de su fundador, Roger Bausier. Tras su fallecimiento fue David Navarro Turres quien asumió el cargo, en enero de 2014. Actualmente, la orquesta prepara con él su programa de octubre, cuando se espera que 1300 personas repleten la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula de Bruselas, la más insigne y antigua de Bélgica, para escuchar la Serenata de Elgar y el Requiem alemán de Brahms.

El nombre de David Navarro Turres figura con creciente frecuencia en las programaciones de las orquestas chilenas. Este año, Navarro fue invitado por segunda vez a dirigir la Orquesta de Cámara de Chile, con un programa que incluyó obras de Beethoven, Bartók y Cirilo Vila en julio pasado. En octubre volverá a Chile para dirigir la Orquesta Sinfónica Universidad de La Serena en el Concurso de Composición Musical Luis Advis, cuya final se realizará el sábado 26 en el Teatro Palace de Coquimbo, con obras de José Arellano, Jorge Care y Jeremías Iturra. Luego, David Navarro se trasladará a Santiago para ofrecer masterclasses de música de cámara en la Escuela Moderna de Música (4-7 nov.).

Oriundo de Antofagasta, egresó como clarinetista de la Universidad de Chile e integró diversas orquestas nacionales hasta que en 2009 se trasladó a Bélgica, donde obtuvo el máster en dirección de orquesta y coros en el Conservatorio Real de Bruselas. Desde entonces, ha trabajado con numerosas agrupaciones musicales belgas, como la Brussels Choral Society (el coro sinfónico amateur más grande del país), BachWerk, El Sistema Belgium, el Kroma Ensemble y un coro de cámara fundado por él mismo en 2014, Serenata Vocale, el cual apresta su primer disco, dedicado a la música nórdica.

Su carrera como director es indisoluble de su trabajo con la Brussels Philharmonic Orchestra. A lo largo de estos últimos cinco años, la BPhO y Navarro han crecido juntos. La orquesta ha pasado de ser un conjunto menor a realizar giras, como la que tienen planeada a Zagreb en 2020. Los recortes de presupuesto a las orquestas semiprivadas los han llevado a ampliar su repertorio, cruzando las barreras de “lo clásico” para colaborar en multitudinarios conciertos con Goran Bregović y su célebre Orquesta de Bodas y Funerales y con el cantante Filip Jordens en un homenaje a Jacques Brel. Gracias a esto, la orquesta ha alcanzado una gran visibilidad en los medios de comunicación, al tiempo que mantiene una programación “docta” que combina obras más conocidas con compositores locales, además de incluir programas para público infantil y la promoción de excelentes solistas jóvenes. Un paciente y sabio trabajo artístico y de gestión cuyos frutos se hacen cada día más visibles más allá de las tierras belgas.

Felipe Elgueta