Mientras la escena musical global experimentaba su primer mes completo de suspensión de actividades presenciales por la pandemia, los músicos se las ingeniaban para mantenerse visibles en las ventanas, tanto “reales” como virtuales, que les permitieran compartir su arte y contribuir a un mejor estado de ánimo de sus vecinos y seguidores. Así, por ejemplo, pudieron verse a través de redes sociales algunos “conciertos desde el balcón” ofrecidos en Berlín por el pianista Jacques Ammon y su habitual colaborador, el chelista alemán Eckart Runge, así como un ambicioso ciclo diario de presentaciones musicales en Hannover por la soprano Francisca Prudencio, su familia y vecinos. Entretanto, algunos festivales y concursos se adaptaron para realizarse de manera virtual. Además, orquestas y teatros publicaron en la web numerosos registros de archivo, gracias a lo cual se pudo ver, por ejemplo, a Cristina Gallardo-Domâs protagonizando La vida breve en el Palau de les Arts de Valencia, a Javier Arrey, Leonardo Navarro y Alejandro Pizarro-Enríquez en montajes de la Staatsoper de Viena, y a Álvaro Zambrano en el rol de Tamino en el Teatro Solís, así como a la Paolo Bortolameolli dirigiendo la Sinfónica de Minería y a Víctor Hugo Toro haciendo lo propio con la Sinfónica de Campinas. A continuación, se presenta una selección de actividades virtuales, premiaciones y otras noticias internacionales acerca de chilenos y chilenas en tiempos de pandemia.

El primer país europeo afectado por las cuarentenas por el Covid-19 fue Italia. Desde fines de febrero, numerosos artistas chilenos residentes en el país vieron sus actividades interrumpidas, entre ellos Javiera Tapia. La soprano y miembro de la SIMUC es parte de la comunidad de cantantes que se ha formado en torno al International Opera Studio Pesaro (IOSP), fundado en 2013 por la soprano de origen griego Inga Balabanova.

Antes de iniciar su especialización en bel canto en el IOSP, Javiera Tapia estudió en el Liceo de Música de Copiapó, egresó con distinción máxima unánime de la carrera de interpretación musical en la Escuela Moderna y fue becada por la Corporación de Amigos del Teatro Municipal de Santiago. Debutó en Berlín en febrero de 2016 en una gala lírica junto al barítono chilenoitaliano Alejandro Greene, miembro del coro de la Staatsoper Unter den Linden. En Alemania, también ha cantado la Pasión según Mateo y el Stabat Mater de Pergolesi en Korschenbroich-Pesch. Ha tenido masterclasses con el tenor Alfred Kim, la mezzosoprano Wilja Ernst-Mosuraitis, la soprano Ailyn Pérez y el barítono Christian Senn, entre otros.

Una señal de la estrecha conexión del IOSP con nuestro país fue el concierto solidario Chile: Homenaje musical del 4 de noviembre pasado. El evento fue organizado rápidamente tras el inicio del estallido social por iniciativa de Javiera Tapia y se realizó en el Santuario Madonna delle Grazie de Pésaro, escenario habitual de los conciertos del IOSP. Para la ocasión, la soprano encargó arreglos de El derecho de vivir en paz y Plegaria a un labrador de Víctor Jara, los cuales fueron elaborados por Agustín Castellón, compositor chileno residente en Bari. Los solistas fueron Javiera Tapia y los también chilenos Javiera Saavedra (soprano) y Cristóbal Campos (tenor). Poco después, el mismo trío cantó en el tradicional concierto del IOSP que acompaña la liturgia de Navidad en el Santuario. Las dos sopranos además fueron solistas en otro concierto del IOSP, con un programa conformado únicamente por musicalizaciones del Ave María. El IOSP también produce montajes de ópera, como La flauta mágica que se presentó a mediados de 2019 en la histórica Villa Caprile, con Javiera Tapia como Pamina, en un elenco que incluía a otros tres cantantes chilenos: los mencionados Javiera Saavedra y Cristóbal Campos, además de Alejandro Pizarro-Enríquez, miembro del coro de la Staatsoper de Viena. También han participado en el IOSP los chilenos Alexis Exequiel Sánchez, Rivka Tal Falk y Francisca Cristopulos.

Obviamente, hay una mutua atracción entre los cantantes de nuestro país y este Opera Studio en Italia. Javiera Tapia comenta que uno de los aspectos interesantes del IOSP es el puente que tiende entre el estudio y el mundo laboral, ya que Inga Balabanova tiene su propia agencia y produce óperas en colaboración con la asociación regional de teatros (AMAT). Agrega que al IOSP “le atraen los cantantes chilenos, primero como personas, además de que tienen voces bellas. Los que han llegado aquí son muy estudiosos y tienen mucha musicalidad”.

Para Javiera Tapia, la cuarentena impuesta en Italia dejó en suspenso audiciones, concursos y un viaje a Berlín. Aún hay posibilidades de que en el segundo semestre cante el rol de Zerlina en Don Giovanni en Italia y el Stabat Mater de Pergolesi y conciertos de música chilena en Alemania. Esperemos que resulten estos planes y que las voces de Chile vuelvan pronto a escucharse en la ciudad de Rossini.

Felipe Elgueta