Julio fue un mes de contrastes: mientras en Chile se veían los primeros atisbos de actividades artísticas con público, el hemisferio norte enfrentaba una nueva oleada pandémica impulsada por la variante delta. Afortunadamente, la situación no logró detener los festivales de verano que recibieron a numerosos músicos de nuestro país. Otras conexiones chilenas entre Norte y Sur global incluyeron anuncios como la incorporación del barítono Javier Arrey al consejo asesor del Teatro Cervantes de Valdivia y de la violista Georgina Rossi al equipo docente del IMUC, además de entrevistas y otras actividades de músicos residentes en el extranjero por entidades como Radio Beethoven y la Universidad de Talca, y el lanzamiento de un disco del Grupo Percusión Valparaíso con obras de cinco compositoras chilenas residentes en cuatro países. El presente reporte recoge una selección de noticias sobre grabaciones, conciertos, ópera y otras actividades de chilenas y chilenos en el extranjero.

El guitarrista y miembro de la SIMUC culminó exitosamente su doctorado en artes musicales (DMA) en la Universidad de Georgia, EE.UU., con la grabación de un álbum de sonatas para guitarra, que incluyó el estreno mundial en disco de la Sonata de Septiembre para María Ester del chileno Darwin Vargas.

La trayectoria de Gonzalo Arias (n. 1989) en Estados Unidos ha sido brillante y extensa. Siendo aún estudiante de Romilio Orellana en la Universidad de Chile, pudo trasladarse al país del Norte, donde obtuvo premios en los concursos Parkening (2006) y GFA (2007), además de estudiar con Christopher Parkening y Manuel Barrueco. Cuando era alumno de este último en el Instituto Peabody, participó en una obra teatral de Ariel Dorfman junto a estrellas como Meryl Streep y Stanley Ducci, y en la gala inaugural de temporada 2010/11 de la Sinfónica de Baltimore con su directora titular Marin Alsop. Tras egresar de la U. de Chile en 2014, continuó su formación en un diplomado con Ernesto Bitetti en la U. de Indiana y en un máster con René Izquierdo en la U. de Wisconsin, además de seguir cosechando premios en EE.UU., México, Canadá, y Japón.

El más importante legado de la investigación y grabación doctoral de Gonzalo Arias, Master Sonatas for Guitar, realizada bajo la guía de Daniel Bolshoy, es el primer registro sonoro de la Sonata de Septiembre para María Ester (1978) de Darwin Vargas Wallis (1925-1988). Pese al conocido festival de música contemporánea que lleva su nombre, la música de Vargas ha sido muy poco difundida. De sus más de 70 obras, solamente un puñado estaba disponible en disco, gracias al sello SVR, y solamente una se podía escuchar en plataformas digitales: los Tres preludios para guitarra, incluidos por Luis Orlandini en su serie del Bicentenario. Según Gonzalo Arias, la Sonata de Vargas es “una sinopsis musical de Chile” que yuxtapone “elementos de expresiones académicas, religiosas y populares”. Al igual que los Tres preludios, el movimiento final de esta sonata encarna la tradicional conexión entre la guitarra y el folclor de la zona central de Chile, mientras que, a lo largo de toda la obra, el autor de la Misa de la Dedicación del Templo Votivo de Maipú (1973) alude a la tradición cristiana (canto litúrgico gregoriano y corales de Bach).

El programa grabado por Arias abarca obras escritas entre 1933 y 2010. En el centro de esta línea cronológica se ubica la sonata de Vargas; al inicio, la del español Antonio José; al final, las del puertorriqueño Roberto Sierra y el serbio Dušan Bogdanović. Todas usan elementos de danzas populares europeas o latinoamericanas y alternan el virtuosismo con momentos de lirismo y evocaciones espirituales. La más divulgada es la sonata de Antonio José, disponible en decenas de grabaciones, muchas de ellas en la Laureate Series de Naxos. La de Marcin Dylla (Fleur de Son, 2006) es recomendable, y las diferencias con el enfoque de Arias son muy interesantes. En el caso de Roberto Sierra, hay dos grabaciones muy recientes de especial interés, realizadas por el maestro de Arias y colaborador del compositor, Manuel Barrueco (Tonar, 2020), y la coreana Bokyung Byun (2020). En la Sonata n° 3 de Bogdanović, las opciones se reducen a Xavier Jara en Naxos (2017); pero Arias inyecta más adrenalina a los movimientos rápidos, respaldado por la toma sonora de Santuario Sónico, Ñuñoa: transparente al punto de admitir más ruidos que los habituales, refleja vívidamente la amplia gama de dinámicas y colores lograda por el intérprete nacional en este repertorio que conjuga atractivamente múltiples influencias.

El disco estará disponible en Spotify a partir de agosto.

Felipe Elgueta