Agosto mantuvo las tendencias a la reapertura en América y Europa. Pese a la nueva oleada de covid-19 en el hemisferio norte y las restricciones de viaje, el flujo de músicos desde Chile continuó hacia programas estivales como la Pasantía Basel organizada por el director Rodolfo Fischer y como parte de la migración previa al inicio del año académico boreal. En modalidad remota, los músicos residentes en el extranjero se hicieron presentes en Chile en actividades de la Orquesta de Cámara de Valdivia, la Fundación Guitarra Viva “Ernesto Quezada” y el IMUC, en el Festival Musicahora de La Serena y medios como nuestro podcast Las vueltas del Run-Run, que entrevistó a la gran tecladista Catalina Vicens, y el programa Siempre hay un chileno de Canal 13, que ofreció un tur por Roma con el barítono Arturo Espinosa como guía. El presente reporte recoge una selección de noticias sobre grabaciones, conciertos, ópera, concursos y otras actividades de chilenas y chilenos en el extranjero.

En la isla de Menorca, el Quartet Vela de saxofones presentó al público su primer disco, editado por el sello La Mà de Guido. La producción incluye obras de compositores chilenos y catalanes, varias de ellas dedicadas al ensamble. Fue grabada en el Conservatori Liceu de Barcelona, institución que vio nacer la formación original del cuarteto en 2012. La intérprete de origen santiaguino y miembro de la SIMUC, Débora Ñancupil, se incorporó en 2018 y, poco después, la agrupación recibió una beca del Conservatori para cursar un magíster en música de cámara.

Tras estudiar con el maestro Miguel Villafruela en la Universidad de Chile, Débora Ñancupil emigró a Europa a los 19 años, convirtiéndose en la primera saxofonista chilena en concluir toda su educación superior (licenciatura y magíster) en el extranjero. Sus guías fueron Daniel Gauthier (HfMT Colonia) y Jean-Denis Michat (Conservatorio Regional de Lyon). Paralelamente, cosechó varios premios como solista en Alemania e Italia. En la actualidad, es integrante del Quartet Vela, artista de la agencia Music@cetera y estudiante de doctorado en musicología histórica en la Escuela de Posgrado a.r.t.e.s (Universidad de Colonia). En octubre, iniciará además estudios de antropología americanista en la Universidad de Bonn.

Es una gran noticia que Quartet Vela haya incorporado las geniales Cinco danzas breves de Luis Advis al catálogo discográfico internacional. La obra fue escrita en 1998 en un espontáneo gesto de Advis hacia Miguel Villafruela, maestro de Débora Ñancupil y campeón del saxofón clásico latinoamericano. Poco después del estreno, Villafruela lo editó en un disco hoy inencontrable. En YouTube hay una grabación de un concierto muy posterior, de 2015, por el Cuarteto de Saxofones Oriente, con Villafruela entre sus integrantes. El registro de Quartet Vela tiene la ventaja de un cuidado sonido de estudio y una afinidad por el lado nostálgico de esta música (con una Habanera especialmente conmovedora), mientras que el Cuarteto Oriente acentúa las sorpresas humorísticas. La otra contribución chilena al programa del disco de Vela también proviene del “repertorio Villafruela”: los Tres aires latinoamericanos de Jean Pierre Karich, unas logradas reelaboraciones de trote, tonada y tango.

El título del disco del Quartet Vela proviene de una de las obras más importantes del repertorio catalán, Vistes al mar de Eduard Toldrà (1895-1962). Cada uno de sus tres movimientos está inspirado en un poema de Joan Maragall. Fue estrenada en 1921 por el cuarteto de cuerdas donde el propio Toldrà tocaba violín. El Cuarteto Casals (en HM) y la Orquestra de Cambra Gonçal Comellas (Sonda) han dejado estupendos registros de las versiones original y orquestal. Los saxofonistas agradecerán tener en su repertorio esta bella obra en una nueva versión preparada para Vela por Julián Álvarez Chaia. Los movimientos rápidos podrán sonar menos brillantes que el original; pero el movimiento central adquiere una solemnidad organística que refleja muy bien el correspondiente poema acerca de las olas que entonan “un himno sin palabras” a la luna solitaria. También es interesante cómo se complementan las excelentes lecturas de los poemas incluidas en las grabaciones de los Cuartetos Casals y Vela, a cargo de voces muy distintas: Iván Sunyol y Carla Fajardo, respectivamente.

El resto del programa está conformado por obras breves de compositores actuales nacidos o radicados en Cataluña. Tres están dedicadas al Quartet Vela: Tramontana de Marco Chiaperotti es una suerte de estudio rítmico inspirado en los vientos de Menorca; Hårgalåten de Miquel de Jorge desarrolla la melodía y la macabra leyenda de la tradicional canción nórdica; y Femmes à la Fontaine de Carla Obach, integrante de Vela, cierra el disco incorporando voces en una meditación sobre la tradicional folía que, aunque hermosa, suena un poco fuera de lugar. Las otras obras son Mirall trencat (2015) de Daniel López, de interesantes contrastes y elementos jazzísticos, y los dos tangos de David Salleras que dan inicio al disco. Además de atrayentes, estos tangos establecen un marco para la travesía atlántica que propone el Quartet Vela. El tango, música porteña y migrante, reaparece explícitamente en Karich y Advis, pero la propia sonoridad del cuarteto puede evocar en otros momentos un melancólico tinte “bandoneonesco”.

Felipe Elgueta